La seguridad y el «Internet de las cosas» son las claves del futuro del sector

La seguridad sigue apareciendo en las encuestas como una de las principales preocupaciones ciudadanas. Proteger nuestros hogares cuando estamos fuera o sentirnos seguros en su interior es un factor importante que incide directamente en la calidad de vida de las personas.

Y no se trata tan sólo de restringir el paso a intrusos, sino que contamos con herramientas que nos permiten recabar información sobre quién ha accedido al recinto o edificio y cuándo lo ha hecho.

Otra de las ventajas de contar con un sistema de control de accesos es prescindir de las tradicionales llaves y los problemas que conlleva la pérdida de éstas.

Contar con estos sistemas es también garantía en caso de emergencias, puesto que la apertura de puertas a distancia puede ser primordial en estos casos.

La tecnología al servicio de la seguridad

El control de accesos ha evolucionado considerablemente gracias a los avances tecnológicos y la sofisticación de los sistemas, respondiendo a la necesidad de contar con sistemas más flexibles y escalables, que no dependan de la acción humana inmediata de quien autoriza la entrada y sean seguros al cien por cien.

En esta evolución tecnológica se han superado obstáculos como la calidad de la imagen de los vídeo porteros y se han incorporado sistemas que van más allá del código numérico de acceso. Un ejemplo de ello son los sistemas biométricos, que identifican al usuario mediante huella dactilar, lectura ocular, reconocimiento facial o de voz.

Asimismo, la irrupción de los smartphones ha llevado a los fabricantes a vincular los sistemas de acceso con los teléfonos móviles, permitiendo un control absoluto estemos o no en el interior del domicilio, con la apertura y cierre de puertas a distancia y la visualización de las cámaras de vídeo vigilancia desde cualquier lugar, lo que se enmarca en la integración del Iot o Internet de las cosas.

Las comunidades de vecinos comienzan a ser conscientes de las ventajas de substituir los tradicionales porteros analógicos por sistemas mucho más sofisticados, prácticos y seguros, que controlan tanto el tráfico de personas como de vehículos.

Estos sistemas han dejado de ser exclusivos de grandes empresas y edificaciones, puesto que la complejidad, tanto de uso como de instalación, se ha reducido notablemente, convirtiéndolos en un recurso cada vez más habitual para particulares, pequeños negocios y organizaciones de menor tamaño.

Cómo escoger el sistema de control de accesos adecuado

A la hora de elegir qué sistema de control de acceso instalaremos debemos determinar varios factores, cómo cuán importante es la identificación personal, qué nivel de control queremos tener sobre los usuarios, cuántas puertas debemos gestionar o la complejidad del sistema en sí mismo.

Para los instaladores, es primordial, por un lado, poder aconsejar al usuario final sobre qué tipo de control de acceso y qué tecnología y fabricante elegir y, por otro, la formación constante para estar al día de los últimos avances que se producen en el sector.

De entre la amplia variedad de sistemas podemos diferenciar según tipo de identificación – mediante teclado, radiofrecuencia, proximidad, identificación biométrica e identificación combinada- y según sistemas – autónomos, distribuidos y centralizados.

Control de asistencia y productividad

Para empresas e instituciones, los sistemas de control de accesos han supuesto, también, un avance considerable en el control de asistencia y productividad de los empleados, permitiendo el registro de datos y su tratamiento posterior.

Y no sólo eso, sino también poder gestionar diferentes niveles de autorización, como permitir el acceso a determinados empleados únicamente determinados días y horarios.